miércoles, 18 de agosto de 2010

Un mundo de harinas

Los que saben de cocina insisten siempre en que la calidad de los productos es esencial para conseguir un buen resultado en un plato. Y acceder a una buena calidad en la materia prima está muy relacionado con la existencia de variedad en el mercado, es decir, con la posibilidad de que el consumidor pueda elegir. A mayor competecia, mayor esfuerzo por parte de los productores para hacerse un hueco en el mercado aportando mejoras en sus productos. Una obviedad, vaya.

Para hacer pan, la madre del cordero está, cómo no, en la harina.. En el año y medio que llevo haciéndolo en casa, he tenido ocasión de comprobar que hay grandes diferencias en cuanto a la oferta harinera que existe en distintos países. Y, me duele en el orgullo patrio reconocerlo, en España no salimos muy bien parados de la comparación. Acceder a harinas de distintos cereales y cultivo orgánico es una tarea que requiere un cierto esfuerzo en Madrid capital, es ardua en su cinturón metropolitano (experiencia personal), y me imagino que próxima al imposible en otras provincias o pueblos, por lo que leo en los blogs panaderos que sigo.

Por eso, durante mi viaje a Cork literalmente aluciné con la oferta de harina disponible. En cualquier supermercado a la vuelta de la esquina era posible encontrar harinas para panificar, de trigo blanco, integral, con grano partido, espelta... Pero mi gran momento harinero tuvo lugar en el English Market que, además de ser un sitio estupendo para la vista y el gusto, tiene su hueco para harinas de lo más variadas: trigo blanco, trigo integral, trigo sarraceno, kamut, garbanzos, espelta, centeno, cebada, semolina, arroz, maíz en varios tipos de molienda...Muchas de ellas de cultivo orgánico. Un gran momento.

Los ha habido similares en París y Londres, pero éstas son grandes capitales en todos los sentidos y me parece lógico que se pueda encontrar prácticamente cualquier cosa de manera relativamente sencilla. Pero Cork es una ciudad mucho más recogida, así que su situación me parece envidiable.

Mi margen de maniobra con el peso de la maleta no era muy amplio, así que tuve que contenerme. Me he traído de Irlanda tres kilos y medio de harina (y medio de azúcar mascabado, pero ésa es otra historia): extra coarse wholemeal, rye y semolina. Os las enseño en la foto. Por cierto, el paño tan mono también es irlandés.


1 comentario:

  1. muy monas las harinas con el paño de cocina, creo que vamos a comprar los mismos también. Por cierto, sabemos algo de nuestra tercera amiga? Espero con impaciencia su aparición por aquí, aunque imagino también que entre la vuelta a España y lo de la casa, debe de estar liadísima

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